Voz en Off

Con el filo de un silencio
te cercenan hasta la esperanza:
sabes que ahora te encuentras
en el Reino de la Indiferencia
donde nadie es visitado

Fruicción

Mi cuento preferido eres tú, pero es tan bueno que ya llegué a la última línea y sé que el final no me va a gustar

Crimen

Crimen

Tropecé

con tu desdén

directo a los ojos:

decapitado

del  sentir.

Minificción

Se amaban de dientes para afuera.
Caníbales, no querían probarse.

Gatocristo

Dio nueve vidas
a su hijo para salvar
al hombre
de los ratones.

Cantito sin edición

LLévame a las esquinas de la perdición
a ver si muero de sobredosis de aburrición
o atropellado por un carrito de fricción...

Mi muertita imaginación
enterradita quedó bajo la sombra de una mala canción
¡oh, ilusión déjame cambiar de estribillo porque es muy mala rimación!

Sabes que te detesto

Sabes que te detesto
por negarte a mi deseo
mientras mis pensamientos
se enferman
de un sabor lejano,
como lejano es este sentir
que nadie corresponde.

Todo sería más fácil
si el cuerpo pudiera distinguir
-con sólo oler-
amores imposibles
y tu sexo indiferente.

Postal de ninfa

Amo los paisajes
que destruyen
con la misma fuerza
que tu cuerpo ajeno
y tu sexo inocente
que se embaraza
cada mediodía
en el jardín de la escuela.

Pienso por ejemplo
en las bahías de arena blanca
que te inducen a la asfixia
con sabor a coral.

O en los eclipses de sol
que literalmente te ciegan
por atisbar el milagro de una corona
de hidrógeno incendiado.

O en los desiertos
junto al mar
donde basta una ola
para caer en la sed
de la indiferencia.

Amo tu cuerpo
como postal de viaje
que sólo se recorre una vez
y se mira por segundos
antes de tomar
el vuelo hacia la nada,
esa audaz autoestopista
que siempre
le gana a la muerte
y que acompaña tu descenso
hacia el olvido.

Variación enésima sobre lo mismo

Qué nada es para siempre
qué todo da igual,
¡que principio tan pinche!
¡que puto final!

Fardo en la playa

Pulverizado
como la arena misma
un salvavidas
ofrece el espectáculo
de su miseria.

Por unas monedas
promete morir ahogado
pero las olas
lo escupen con fervor:
tanta basura humana
no es bocado
ni para un ave de rapiña.